martes, 29 de septiembre de 2009

Talando Talares


Las calles eran largas y llenas de polvo, mucho polvo.
Los árboles eran altos, inmensos y movían sus ramas al compás de nuestros pasos...
El tiempo parecía no correr y, llegar al terreno nos llevaba una eternidad.
Igual de eterno fue el viaje en tren para llegar a la estación que años más tarde recorrería con mis Hijas.
Lo que pasaba en ese entonces es que yo contaba con la friolera de los 9 añitos de edad y todo, absolutamente todo era grande, lejos o cansador.
Pero igual cumplíamos con el cometido de llegar al famoso sitio en donde veinte años después planearí mi vida, mi futuro de construcions permanentes.
En donde las risas, las lágrimas y las corridas de mis nenas iban a convertirme n una mujer enérgica...enérgica ¿porqué no?
El el 64 : un paisaje desolado, hoy rodeada de vecinos agradezco la visión de mis Padres que me legaron el amor "a la tierra de uno".
Y bueno, es lo que quería decir...

viernes, 18 de septiembre de 2009

A las puertas de un delito

LLego a la librería de la calle Constitución, en realidad ella llega a mí de repente, como en una visión nocturna cuando se hace la luz...
nos encontramos y al entrar ante tanta verborragia papelesca, me pregunto ¿robar libros es robar?
¿ustedes que opinan?
no, no lo hice, no, lo pensé, siempre lo pienso pero nunca puedo. Insisto estará mal porque es como un alimento especial no?, sin valor hasta que alguien lo toma entre las manos y viaja dentro de él, del libro digo
¡qué cosa! en fin me llevé una Agata para las nochecitas tibias en mi cama y todos felices, o por lo meos yo y el librero
Salute