domingo, 15 de febrero de 2009

Florida a los 33

El tren hizo el recorrido de siempre, como todos los trenes por cierto!, lo que pasó es que no recordaba cual era, por eso se sorprendió cuando llegó a la estación Florida...

...sin previo aviso los vió: Ella con la pollera cortita, respirando agitada, la frente levemente húmeda al mirar desde el andén al tren que se venía deteniendo.
Él, asomado desde el tren ,se lo veía lindo con esa ropa color caqui (que era obligación llevar) pero, a decir verdad, lo que lo hacía ver más lindo era que venía acompañado de unos ojitos achinaditos de tanto sonreír ... solo por verla.
Eran segundos interminables los que se sucedían entre que el tren estacionaba y la corrida de Ellos para fusionarse en un abrazo.
Ella que tenía tanto calor para dar desde su pecho que no le importaba acurrucarse sobre ese uniforme, lo importante, lo único importante era que estuviera vivo... y con Ella...
Pocos sabían lo que se estaba gestando en ese 75,poco se sabía de las desapariciones, por eso encontrarse cada semana era celebrar el milagro de estar vivos.
Así que despacito y sin dejar de mirarse caminaban al final del andén y cruzando la barrera se alejaban de todos, de todos los temores porque iban juntos una vez más.
El tren siguió su marcha dejando Florida treinta y tres años después

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