Toda una semana de lluvia y no lluvia
toda una semana con los brazos pegajosos y pesados, con ese calor que solo soportamos los que vivimos años en Baires, un calor así increíblemente lento, que percude como que no se va más, como si nos pisaran con un pie en los dedos para no dejarnos salir del pozo.
bueno así estábamos ayer en el colectivo.
encima en el colectivo y camino a mi dentista, sí sí, completita.
Pero... llegó la lluvia de nuevo esta vez con nuevos bríos que furiosamente entraba por las ventanillas y calor o no nos las hizo cerrar lo que se dice un alivio más pesado aún ¿me explico?
Lo cierto es que masticando bronca y oyendo entre los usuarios más quejas de pronto subió Ella y cambió la historia.
Subía con 8 añitos a cuestas( corriendo y a los gritos ), se sentó rápidamente esperando a que el Padre sacara los boleto.
Un instante después dijo con toda su boca:
¡Qué hermosa lluvia Pá!Pum!
¡ Y me alegró el día!
Así sin quererlo y sin prólogo mediante empecé a ver las cosas con otros ojos.
Con ojos de niño,
volví a sentirme asombrada mirando caer las gotas sobre el asfalto
y reírme al ver esos globitos danzantes ,
me oí diciendo como cuando chica
"Va a llover un montón, mirá, mirá sino los globos!";
vi mejor el color de los árboles que brillaban de limpitos gracias a la lluvia y me olvidé de las sequías , las inundaciomes, cambios climáticos y de la dentista.
Solo disfruté al acordarme de las caminatas por el cordón de la vereda y el chapaleo en el barro del pasado.
Y sí, en ese momento fuí feliz.
Por eso la moraleja de esto serísa que tenemos que rodearnos de niños y junto a ellos asombrarnos por las maravillas que nos toca vivir
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