martes, 27 de noviembre de 2007

El futuro según Cortázar


Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle, en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado, ni en el gesto
de elegir el menú, ni en la sonrisa
que alivia los completos en los subtes,
ni en los libros prestados ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré, amor mío, sin que sea por ti,
y compraré bombones pero no para ti,
me pararé en la esquina a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré los sueños que se sueñan
y sé muy bien que no estarás
ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles y de puentes.
No estarás para nada, no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

No podemos huir de lo que es nuestro pasado y, aunque queramos nuestros hijos nos lo hacen revivir día tras día
Lo que pensábamos olvidado se presenta como si fuera ayer, la herida que creíamos cerrada se nos vuelve a abrir y desde ella vuelven a sangrarlas mismas gotas que creíamos secas, y peor aún porque ese dolor se acrecienta porque es dolor de tus entrañas que sufren ahora...

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