En ese abril todo era nublado
desde el cielo hasta los ojos.
Los abriles suelen a veces ser
mejores unos que otros,
sólo que esta vez las nubes
fueron protagonistas.
Gracias a ellas pude vislumbrar
claramente como venía planeando .
Con pausados movimientos
iba acercándose hacia mí.
Y supe en ese instante
por el susurro de sus alas
que la vida es simplemente
movimiento.
Y me alegré de verla.
Y me alegré al contemplarla.
De aquí en más
disfrutaré
cuando lleguen los abriles.
Para volver a saludarla
agradeciendo su existencia.
Por que en abril
llegó Violeta:
Nuestra libélula
1 comentario:
Lindo!!! A mi también me encantan las libélulas...
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