miércoles, 11 de noviembre de 2009

Hablando de libélulas

En ese abril todo era nublado
desde el cielo hasta los ojos.
Los abriles suelen a veces ser
mejores unos que otros,
sólo que esta vez las nubes
fueron protagonistas.
Gracias a ellas pude vislumbrar
claramente como venía planeando .

Con pausados movimientos
iba acercándose hacia mí.
Y supe en ese instante
por el susurro de sus alas
que la vida es simplemente
movimiento.
Y me alegré de verla.
Y me alegré al contemplarla.
De aquí en más
disfrutaré
cuando lleguen los abriles.
Para volver a saludarla
agradeciendo su existencia.

Por que en abril
llegó Violeta:
Nuestra libélula


1 comentario:

Merith dijo...

Lindo!!! A mi también me encantan las libélulas...