sábado, 12 de julio de 2008
Vida de perros
Se desperezó, bajó de su cama y caminó hacia mí.
Entró a la cocina giró la cabeza de izquierda a derecha como para hacer un paneo rápido. Siguió su camino hasta que se detuvo frente a la mesada donde en un recipiente de color rojo intenso reposaba la comida, sabiendo que no era para ella por ese olor a pescado característico y esas formitas irregulares...no definitivamente no era para ella, el asunto es que no le importó y arremetió igual mientras la verdadera dueña de esa comida, la observaba detenidamente con esa mirada intensa que la caracteriza...
Llegó a su fin y volvió sobre sus pasos otra vez a colocarse entre sus mantas y seguir acariciándose con el calor del hogar prendido que chisporroteaba frente a Ella,
¡Total! faltaba mucho para terminar el día...
¡Total en un rato alguien abriría la puerta y saldría a beber agua al jardín y caminar un rato...
¡Total! todo seguía en orden, lo de siempre...¡Total!...un día más
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