Mi Madre aparece siempre en mis recuerdos con esa claridad y calidez que siempre tienen las madres cuando aparecen.
Es seguro que en esto coincidimos todos y si eso de los 21 gramos es cierto, hoy ,Ella se sentiría contenta por traerla a mi presente.
Ojo, nada paranormal, solo que uno de sus miedos (el de mi Madre digo) era el olvido. También en esto,convengamos, el olvido es lo peor de los males.
¡Lo que no hacemos para evitarlo!
Lo cierto es que a pesar de haber compartido juntas unos pobres quince años siguen resonando en mí sus palabras tal como si hubiesen sido dichas ayer.
No la nombro habitualmente tal es así que hace poco en una charla informal de cumpleaños, sentada junto a una amiga sicóloga, la misma (sicóloga al fin) me preguntó si yo me había llevado mal con mi Madre (?) y ante mi asombro aclaró (¿dije que es sicóloga?) "que como nunca le había hablado de Ella pensó que...bla bla."
(!!)
Quizás, solo digo quizás el motivo sea todo lo contrario (¿no anda por ahí la sicologa no?) lo que duele mucho parece menor si uno no lo nombra.
En fin, mi Vieja aparece así como dije al principio denodadamente cada día de mi vida.
Aunque no lo escuchen seguido fueron mis mejores quince años, los más cuidados , los más seguros , los años en que más me quisieron ,por lo menos en esa forma incondicional que tienen los padres, sólo por ser y eso Señores (sicóloga amiga) aunque no se mencione, nunca se olvida .
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