Y sí...las cosas se pierden, algunas se transforman , sí ya sé pero las que importan...se pierden, se rompen se diluyen o lo peor se olvidan.
Me acuerdo de mi infancia cosas muy puntuales: dichos de mi Vieja, rutinas de comidas, salidas de paseo en colectivo y eso, pero ya casi me perdía de rememorar estos versos, versitos, o como se los quiera llamar que mi Viejo Pirulo dejó en un cuadernito sucio con manchas de dulce o mate que fueron declarándose en rebeldía para diluirse en simples manchas sin color como toda buena mancha que se precie. Pero, basta no lo dilato más y paso a presentarles los versos dedicados a Pastora:
Pidiendo ternura pasé yo mi vida
Amado y querido nunca pude estar
Secreto anhelaba la buena alegría
Tener una madre "para mi orfandad"
Oraba pidiendo tener algo mío
Reliquia que al mundo iba yo a mostrar
Amparo y ternura, para no dudar
Qué bien que le hiciste
a mi alma triste
Con cuanta ternura
mi vida llenaste
Nada me pediste
todo me otorgaste
Formamos el nido de nuestro camino
y un "Angel" Viviana fue nuestro destino
Tu sangre a mi sangre con ella la uniste
Como si en un presagio tu partida.
Qué trío dorado era nuestro hogar
todo era alegría al verla jugar
A vivir del sueño de niña creciendo
Volvía yo a casa cantando y riendo
Qué pronto pasaron
los años felices
la parca maldita empezó a rondar
Te fuiste Pastora
queriendo quedarte
y mi alma triste
a vuelto a llorar
Juan José Harych
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