miércoles, 18 de junio de 2008

Conversaciones desde Villa Maipú

Empezaremos la cosa así:
Mi Tío era tintorero, mi Viejo era vendedor ambulante de cubanitos.
La situación en términos generales era esta:
Padre joven de 40 años, solo con adolescente de 15...años
Tío: tintorero también cuarentón casado con la hermana de Pirulo (mi Papá) ah! y no era japonés( convengamos que ya esto es raro),
La conversación era por asuntos de la vida o sea en este caso : Yo
Pude escuchar la altura e inflexión de la voz de mi Tío,
digámoslo así: gritos y términos poco digeribles, sobre todo hacia mí personita

Ahora bien para reubicarnos
El Tío Jorge tenía una construcción mental que daba gusto:
las maestras = putas
las que manejan = putas
las separadas = putas
las que fuman = putas
y así...¿me explico?
Fue por eso que los epítetos del fulano referenciandose a mí con mi Padre no eran muy felices...
la nena...fuma
la nena...se junta con chicas más grandes
la nena...va a la playa
la nena... viaja sola al centro...
¿qué era para mi Tío? sí adivinaron
Mi Viejo que andaba más perdido que yo asentía con su cabezota, jurando y perjurando ser mejor padre...¡pobre mi Padre! ¡imposible! y no era porque no lo fuera, era porque los parámetros de buen padre para mi Tío no eran los mismos que para mi Padre.
Quizás lo loco sea que me haya acordado de esto a partir de una imagen:
la imagen de mi Tío Jorge con las perchas en la mano enarbolándolas cual He-man afirmando su poder, perchas que esgrimía para hacer entrar a sus hijos de la calle en donde jugaban, perchas que luego esgrimió para llamar a
-¡Willie, Gordo y Carino...! sus perros, para que también entren a su casa...
Y como una cosa lleva a la otra, me acordé del pasado pasado y aunque (ya se imaginarán) un buen día se desplomara en la calle y nunca más me mirara, sigo reteniendo para mí esos ojitos celeste críticos que luego se enternecieron para mirarme levantando una copa para brindar por un nuevo año siendo familia
Y así con esa imagen lo llevaré en el corazón aunque yo, su sobrina sea una de tantas mujeres que entraban en su famoso esquema , digamos, igual, siempre igual va a ser ese Tío preocupado por mi futuro que después de todo (quedate tranquilo) no fue tan malo, sino, todo lo contrario.-¡Abur, Tío Jorge!¡Abur!

1 comentario:

María José dijo...

Es que me encanta, insisto, me encantaaaaaaaa cuando escribes tus historias pasadas. Tienen algo tan atrayente que no sé explicar, tus palabras me hacen transportar tan fácil a tus imágenes que en algún momento me siento casi como personaje incidental.

Muy lindas tus hijas!!! Te felicito.
Besos.