Ya sé que tardo en metaformosearme, sé que mi familia es antigüa pero también sé lo que muchos no saben:
Puedo volar
Puedo volar y lo hago en cualquier dirección, de arriba a abajo;
para adelante o para atrás.
Giro en el aire sobre mi cuerpo
y en eso nadie me gana, floto, planeo y me deslizo a más de 200 km por hora
¿no cualquiera no?
No,
cualquiera no,
y es porque
soy una reina, soy una Libélula.
Cuando amo...ay cuando amo vuelo unida a mi amor por donde sea, me elevo, me agiganto para luego refugiarme en algún lugarcito...
lejos de mi amor para disfrutar del agua,
de cualquier riacho y así apoyanda sobre mi abdomen dejar a mis hijos más preciados:
mis 500 huevos.
Huevos que verán la luz, lo sé, mucho muchísimo tiempo después.
Verán, todos van a ver como mis huevos se transforman después de cinco años en gloriosas ninfas como siempre lo he querido...
Verlas mudar cada vez me impacta más, mudas tras mudas como quince,
Ver sus ojos grandes, su abdomen largo sus patas ganchudas
verlas extender y ventilar sus alas me deslumbra.
La voracidad con la que comen a cuanto animal acuático aparezca me demuestra que son como yo.
Me demuestran una vez más que lo que se hereda no se roba.
Muestran en síntesis que somos unos antigüa familia de auténticos depredadores.
Pero eso a nadie le importa, después de todo necesitamos vivir aunque sea unos pocos meses y dejar como enseñanza que aunque menuditas y hambrientas podemos volar y elevarnos hacia el cielo en busca del agua y el sol.
Diáfanas y frágiles podemos pelearle a muerte a cualquier mariposa por nuestro sustento, cosa a la que no todos se atreven hacer y de paso...
liberar a los humanos de tábanos y mosquitos.
Perdonen la arrogancia pero:
¡No cualquiera! ¿eh?
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