lunes, 17 de marzo de 2008

Te recuerdo Amanda...


Se puede decir...si es que se puede decir que Amanda era amiga de una cuadra.
Y seguramente ustedes dirán ¿qué será ser a miga de una cuadra?...me explico.
Amiga de una cuadra como es Amanda es de las amigas que cuando vas camino a algún lado, en mi caso al Poli (deportivo), te la encontrás una cuadra antes y vas charlando lo que quepa, entre la velocidad de los pasos y la distancia que tiene una cuadra.
Este rito se sucede todos los días en que vayas para ese lado. Mi caso en particular eran alrededor de dos veces por semana.
Y, aclaro, cuando digo amiga de una cuadra es literal.
No frecuentamos nuestras casas, no vamos ni a cumpleaños ni a eventos, no nos unen amigos en común, ni siquiera compartimos novelas de papel o de las otras de la tele.
Es eso solamente lo que entre en una cuadra...
Se empieza por el tiempo para pasar al poco rato con lo más emergente, que varía según la relevancia.
De pronto un día en el recorrido aparecen los maridos y en síntesis lo notable que nos han hecho a ambas. Otro día, un hijo o hija en particular. Nada más,
solo eso.
Fueron pasando los años,las hijas que llevábamos de la mano fueron dejándonos poco a poco. Al principio caminaban junto a nosotras después ya se alejaban para no compartir el rito, para no ser parte, para hacer oídos sordos a nuestra presencia.
Y así hasta no venir más con nosotras...
Un día, esa amiga de cuadra no se cruzó más por mi camino.
Supe por otros que su hija ya convertida en profesora de educación física como la mía, había sido arrollada por un camión cuando volvía de la Colonia de trabajar...
Y rememoré las charlas de cuadra, la nuca y las piernitas de esa nena que saltaba alejándose.
Es desde ese momento, cuando me enteré de lo ocurrido que no supe que hacer, ni que decir y ni siquiera supe donde abrazarla, porque una amiga de cuadra no se la encuentra en cualquier lado solo ahí en la cuadra, porque no se sabe donde vive...

4 comentarios:

María José dijo...

Todo el rato pensé que sería uan historia alegre, de dos amigas pequeñas.
Me encanta como la escribiste, ojalá algún día tu amiga aparezca por ahí por la cuadra para que puedas abrazarla.

Besos

Anónimo dijo...

Bella histria y triste a la vez!!! Estoy segura que algún día te vas a volver a encontrar con Amanda y quizás no hacen falta las palabras... Los abrazos suelen comunicar lo que no sabemos cómo decir...
Es la primera vez que ando por tu blog; sinceramente, me enamoré...
Un beso enorme...

Anónimo dijo...

Gracias, Harych por tus palabritas que siento tan sinceras... Amo soñar, es casi mi ocupación... Decía Arjona que "hacen falta sueños para aferrarse a la realidad" y yo creo que si hay que aferrarse porque si la negamos ya estamos en el Moyano, jajaja!!! Pero lo mejor es pensar, estar convencidos que esos sueños pueden cambiar lo que no nos gusta del mundo..Lo del seudónimo me lo dejó porque me encanta que me llamen así , es la palabra más linda del mundo y la fotito prometo subirla... Cuando se me vaya el delirio de persecución... Gracias por tus palabras, son un gran mimo!!!

la Harych dijo...

Mamac Amiga! hola y gracias siempre con tu buena onda. Un beso
Vivi