Era ya de noche, era tarde, pasaba la madrugada y Julia no se dormía , miraba a su hija muy de cerca, escuchaba su respiración...su jadeo, la fiebre no cedía y estaba sola, sola a pesar de tener en su vientre una vida, sola a pesar de inhalar el aire que exhalaba su otra hija junto a ella.
Fueron tiempos difíciles, tiempos de estar exiliados en tu propio país.
Pero eso no molestaba tanto, ya se había acostrumbrado a dejar de ver a sus amigos, a su familia, porque era verlos o morir, verlos o desaparecer,verlos y calcular 15 minutos de espera, verlos y tener que tener un retén...era mucho laburo, pero ahora seguía sola esperando a su marido, esperando su llegada y rogandole a un Dios del que todavía no se hacía cargo, que por favor lo devolviera con vida, engañándola pero con vida...y así fue...volvió, estaba vivo pero ya no era el mismo, ya se había ido, no era más su amor, su cómplice y todo...no era más el que le escribió en la playa "Te amo y creo en la cuarta internacional" era otro........................
Ahora restaba empezar de cero, con nuevos lugares, nuevos sentimientos y sola para criar a sus dos hijas.
Luego la vida le mostró que no era tan tan solitaria esa soledad, la vida le puso en el camino nuevos amores, nuevos amigos, nuevos emprendimientos...y porque es así después de todo Julia sigue viva y cuando piensa en las contras que hoy por hoy se le cruzan, se acuerda de esa soledad, ese ser la segunda opción y nada...empieza otra vez.
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