Estaba como hipnotizada mirando dar vuelta las hojas de esa revista.
La mujer que cuidaba a la viejita de la cama de al lado también estaba como hipnotizada mirando las fotos de ese color marrón que teñían las fotografías.
A ella le llamaba la atención el movimiento de las cejas, la mueca de la boca dibujando una sonrisa, sólo por ver los cuadritos, hasta podía sentir ese olor a tinta berreta mezclada con la lavandina de los pisos de ese hospital.
Mientras la miraba, su madre como en un acto reflejo, la tomó de las manos, muy pero muy suavemente, a tal punto fue suave que pensó que lo había imaginado, eran tan fuertes las ganas que tenía de que volviera en sí y le hablara que bueno...se levantó y la abrazó, cuando vió en sus ojos, lo que nunca más olvidaría, lo que no quería ver, ni oír...
pero ese fue su adiós y así lo oyo decir...adiós adiós
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