sábado, 5 de enero de 2008

Toda una experiencia

Y...les cuento tenía 36 años y toda una vida siendo atea, amaneció ese día como no podía ser de otra manera y yo caminando por mis calles de tierra, famosas por aquellas épocas en La Paloma (mi barrio) y yo, decía, vendiendo Tuperware( o tratando al menos)
Eran reuniones laargas e incómodas llenas de plásticos y mujeres con ganas de cocinar o mejor dicho guardar lo cocinado, la verdad, la verdad no vendía un carajo pero seguía creyendo por que así te lo hacen creer estos yankis, que con esto me iba a salvar, así que entre sudores y polvillo me movía reunión por reunión, nos cagábamos de hambre y como si esto fuera poco donde iba todas, pero todas todas eh? eran evangelistas y yo, ya saben, No.
Pero...aunque no lo quieran admitir todo llega en esta vida, lo digo con conocimiento de causa...un buen día el mismo que les decía amaneció le dije a una clienta mía:
-Che ustedes que creen en Dios porque no se mandan un rezo , así me va mejor!
y...cha...chán!::
Aparecieron dos a invitarme, biblia en mano a una reunioncita, obvio, después de tanta reunión hecha por mí, no me podía negar y fuí.
Eran dos mujeres, si quieren doy los nombres: Ethel y Julia, me hablaron lo resabido, lo de Jesús, que vive y eso, yo insistía que estaba muy lindo todo, que creyeran lo que quisieran, después de todo¡ un rezo les había pedido, nada más!...¡qué me iba a imaginar yo que venía con perorata!
Y vino nomás, mientras escuchaba ,
Yo, la que iba a acompañar a conocidos a cualquier manosanta que hubiese sólo para contarlo y reírme entre amigos,
Yo, la peor de todas las que se iba a pelear con los susodichos manosantas por engañeros,
Yo, mientras hablaban estas minas, con los ojos muy abiertos para ver que pasaba, empecé a llorar, se me acercaron, así, tranqui y me pusieron las manos sobre mi cabeza sin tocarme diciéndome que pidiera a Jesús una prueba de su existencia, mientras escuchaba trataba de vocalizar o susurrar algo, ya estaba ahí entre sus manos, ¿qué me costaba.?
..trataba y trataba y lo único que salía de mí no eran palabras, eran lágrimas,
no podía entender que pasaba con mi voz y con mis ojos, no tenía mi mente ingerencia para nada, las lágrimas caían sin permiso y mi garganta no cedía a las ganas de hablar...
fue tan extraño todo,
siendo Yo, la más viva, la más conciente no podía conmigo y fue entonces que cuando pude decir: Dame una prueba de tu existencia...
empecé a sacar espuma por la boca, ¡sí, espuma de esa blanca con burbujas! ¡espuma por la boca! pero en ese momento lo que más me asombró es lo que sentí en mi interior:
la presencia de Dios, sí, ya sé parezco la pastora Irma, pero qué otra? me pasó de verdad
cuando llegué a mi casa, la misma que comparto hace 24 años con el mismo santo que viste y calza, digo :
-No sabés lo que me pasó...y pasé a relatar, bla, bla, bla
A lo cual el santo ateo me contestó
-Y...si a vos te hace bien...cree
¿No es un santo? casi lo mando a cagar pero me contuve, eso sí, me dijo aclarando
-Lo único que te digo que conmigo no cuentes para ir ni en joda a ningun templo de ésos...
Ese día terminó y empezó una nueva etapa llena de gente nueva, algunas valiosas otras mejor perderlas que encontrarlas pero...shhh! después les cuento ¡hay cada uno! se los digo yo que despues trabajé meses traduciendo de Rosa de Luxemburgo , su incomparable libro: El socialismo y las Iglesias, pero ése es otro cuento.
Ahora¿¿¿ ustedes tuvieron una experiencia religiosa???

1 comentario:

Chichina dijo...

me mato!
no me lo esperaba! me muero por masssss.